Sostenibilidad

Dicen que a los niños les contamos cuentos para que se duerman y a los adultos para que despierten. Permítanme que les cuente un cuento.

Nací en un pueblo diminuto donde los vecinos tenían y siguen teniendo huertos, donde hubo y sigue habiendo un bullicioso intercambio entre ellos de productos ecológicos, biológicos, de temporada, genéticamente no modificados, sostenibles. Hortalizas, verduras, frutas, huevos o mermeladas caseras, en función de lo que cada uno tenga o necesite, mantienen este trueque sano, de raíces ancestrales. Por mi parte, iba a la granja tres veces a la semana a por la leche fresca, no pasteurizada claro está.

En aquella época, no recuerdo haber oído términos como sostenibilidad o producto bio, y dudo que ni siquiera existieran. El estilo de vida era ese y no había otro. Varias décadas después, en parte, el estilo sigue siendo el mismo, sólo que ahora vive en un marco cada vez más restrictivo de las leyes de la UE. Hoy, en nuestro mundo en general y en el hotelero en particular, parece que el único contenido que somos capaces de producir es uno moldeado precisamente por ese marco restrictivo de políticas sobre ODS, agendas 2030/50, sostenibilidad ecológica, social y un largo etcétera.

Por eso, hoy iniciamos una serie de artículos sobre la hostelería en general y la hostelería boutique en particular, con los que pretendemos concienciarnos de la necesidad de volver a la senda de los cuentos reales, llenos de contenido, de experiencias, de ilusiones. Porque nuestro gran reto es justamente ese: ilusionar a nuestros clientes y no jactarnos de párrafos sobre los ODS.

La palabra sostenibilidad está en boca de todos para asegurarse de que todo gire en torno a ella: ha sido y sigue siendo desmesuradamente manoseada. Ese heliocentrismo personalmente me cansa y me hace pensar que la postura deseada, propuesta por la agenda política, se convierte en objetivo en lugar de consecuencia de la investigación científica.

Mientras actúo en consonancia con mis valores y promulgo que todos asumamos la responsabilidad de lo que hacemos y de cómo lo hacemos, respetando nuestro entorno natural, nuestra herencia cultural y los avances en nuestra sociedad, fomento que dejemos de monopolizar todos los discursos entorno a una sostenibilidad altamente politizada, donde todo es sostenible menos el nivel político.

Dejemos la sostenibilidad como ese esqueleto vital que todos debemos abrazar para garantizar una vida llena de alegría, paz y salud. A la vez, dejemos de monopolizar, de evangelizar el discurso políticamente deseado. Hagamos que nuestros actos hablen por nosotros en todo lo que a sostenibilidad se refiere e ilusionémonos nuevamente con cuentos, con historias reales, con historias que nos caracterizan, que hablen del porqué de nuestra cultura, de nuestro entorno, que nos permitan diferenciarnos del resto, de salir de los commodities en los cuales la mayoría de hoteles se ha convertido. Atrevámonos a diferenciarnos, a ser originales para crear valor y cultura más allá de la sostenibilidad.

The Boutique Hotel Specialist

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